Tercer Parcial Lógica
Centro de Estudios
Tecnológico Industrial y de Servicios no. 77
Maestra: Olga Maritza Durán
González
Integrantes:
Dulce María Muñoz Galván
Zayra Dariana Flores
Ledezma
Cassandra Guadalupe
Arredondo Terrones
Dafne Joselin Macias
Sarabia
Ana Karen Gutiérrez Espinoza
Cristian Eduardo Arroyo
Moraleshttp://eduardoarroyomorales.blogspot.com
Tema: Violencia de género
Grado: 1 Grupo: K
Especialidad: Administración
de Recursos Humanos
¿Qué es la violencia de
género?
Se trata de una violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de
serlo. Constituye un atentado contra la integridad, la dignidad y la libertad
de las mujeres, independentemente del ámbito en el que se produzca.
Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión,
basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones
de dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como
consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de
tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si
ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal. (Ley 11/2007,
del 27 de julio, gallega para la prevención y el tratamiento integral de la
violencia de género).
El concepto "violencia de género" da nombre a un problema, que
incluso hace poco, formaba parte de la vida personal de las personas; era
considerado un asunto de familia que no debía trascender de puertas para fuera
y, por lo tanto, en el que no se debía intervenir. Entender la violencia como
un asunto personal refuerza a las mujeres a una situación de subordinación
respeto del hombre e implica asumir las relaciones de poder historicamente
desiguales entre ambos y a través de las cuales se legitima al hombre a
mantener su status-quo de la dominación incluso a través de la violencia. Esta
percepción contribuye a que las mujeres no denuncien su situación por miedo,
vergüenza o culpabilidad.
La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la
manifestación más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un
problema que traspasa fronteras y que está presente en la mayor parte de los
países del mundo con la particularidad de que las vivencias del maltrato son
enormemente parecidas en todos los lugares y culturas.
Debe recordarse que la violencia es una estrategia de relación
aprendida, no es innata. Si esto fuera así, todas las personas serían violentas
o todas las personas ejercerían la violencia de la misma manera y en el mismo
grado; sin embargo, no siempre la empleamos en nuestras relaciones: hablamos,
negociamos, pactamos, tratamos de comprender el punto de vista de la otra
persona y finalmente llegamos a un acuerdo, aunque no obtengamos el que en
principio queríamos.
Los maltratadores son selectivos en el ejercicio de la violencia, lo que
demuestra que son capaces de controlarse en cualquier otra situación.
Si te sientes identificada con alguna
de las siguientes manifestaciones, estás siendo víctima de maltrato
Sean cuáles sean las formas en que se manifiesta el maltrato, siempre
busca un mismo objetivo: erosionar la autoestima de la mujer con fin de que el
agresor aumente su grado de poder y control sobre ella.
Hay muchas formas de violencia contra las mujeres, aquí acercamos
algunas indicaciones para poder identificarlas.
Tipos de
violencia de género
Tal y como se
ha indicado anteriormente, el concepto de violencia de género incluye una
amplia variedad de actitudes y actuaciones que pueden dañar a la persona desde
diferentes dimensiones. A fin de cuentas, existen muchas maneras de dañar a una
persona.
Si bien no en
todos los casos se agrede a la persona desde todos los ámbitos, dentro de la violencia de género podemos encontrar los siguientes
tipos de violencia.
1. Violencia
física
La más visible
y reconocida como violencia de género, se considera
violencia física todo aquel acto en que se inflige un daño físico a la víctima
que a través de la agresión directa. Dicho daño puede ser temporal o permanente.
Dentro de este
tipo de violencia se incluyen golpes, heridas, fracturas, arañazos. Si bien en
ocasiones se pueden llegar a trivializar o considerar que pueden producirse
durante una discusión, empujones y zarandeos también entran dentro de la
categoría de violencia física. Se pueden producir una incapacitación física
debido a las consecuencias de las agresiones, e incluso según el nivel de daños
causados puede llevar a la muerte.
2. Violencia
psicológica
Este tipo de
violencia se caracteriza porque, si bien a nivel físico puede no existir una
agresión, la víctima se ve humillada, minusvalorada y
atacada psicológicamente. Dicho ataque puede ser directo y realizado activamente en
forma de insultos y vejaciones o bien llevado a cabo de un modo más pasivo,
desvalorizando a la pareja sin que ésta considere que está sufriendo un ataque.
La violencia psicológica incluye la presencia de humillaciones, amenazas y
coacciones (utilizándose en algunos casos la amenaza de agresión física a la
víctima o a allegados), desprecio y desvalorización. También hacer que la
persona se sienta indefensa, obligada a hacer determinadas acciones y
dependiente del agresor, culpable de la situación de abuso y merecedora de un
castigo.
Debido a que en
muchas ocasiones no se percibe una agresividad directa en el mensaje, muchas
víctimas no son conscientes de estar siendo maltratadas y no emprenden acciones
contra el agresor. Se puede considerar que prácticamente en todos los casos de
violencia de género, independientemente del tipo y motivo de ésta, hay violencia de tipo psicológico.
·
Artículo
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psicológico: 21 rasgos en común"
3. Violencia
sexual
Si bien de
algún modo podría considerarse dentro de la violencia física, la violencia sexual se refiere concretamente a aquel tipo de
situaciones en que una persona es forzada o coaccionada para llevar a cabo
actividades de índole sexual en contra de su voluntad, o bien en que la
sexualidad es limitada o impuesta por otra persona.
No es necesario
que exista penetración ni que se produzca el acto sexual. Incluye la presencia
de violaciones dentro de la pareja, la prostitución forzada, forzar la
concepción o el aborto, mutilaciones genitales, acoso sexual o tocamientos
indeseados entre otros.
·
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12 rasgos y actitudes en común"
4. Violencia
económica
Este tipo de violencia se basa en la reducción y privación de
recursos económicos a la pareja o su prole como medida de coacción, manipulación o con la
intención de dañar su integridad. También se considera como tal el hecho de
obligar a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la
víctima al mercado laboral mediante amenaza, coacción o restricción física.
5. Violencia
patrimonial
Se considera violencia patrimonial la usurpación o destrucción
de objetos, bienes y propiedades de la persona víctima de violencia con intención de
dominarla o producirle un daño psicológico. En muchos sentidos, estos bienes
son el fruto de décadas de trabajo, y destruirlos es una manera de hacer ver
que todos esos esfuerzos no han servido de nada. Sin embargo, hay que señalar
que este tipo de agresiones pueden afectar a la vez a otras personas,
especialmente a los vecinos.
6. Violencia
social
La violencia social se basa en la limitación, control y la
inducción al aislamiento social de la persona. Se separa a la víctima
de familia y amigos, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno
habitual. En ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno,
produciendo que o víctima o entorno decidan desvincularse.
Por ejemplo,
los ataques contra la fachada del hogar son muy característicos de este tipo de
violencia, ya que permiten dejar signos visibles por todo el mundo de que la
víctima merece ser atacada a la vista de todos.
7. Violencia
vicaria
Un gran número de parejas en las que se produce violencia de
género tienen hijos. En muchas ocasiones el agresor decide amenazar, agredir e
incluso matar a dichos hijos con el propósito de dañar a su pareja o
ex-pareja.
Este tipo de
violencia es denominada violencia vicaria, que
también incluye el daño causado a los menores por la observación de malos
tratos entre los progenitores. El impacto psicológico es lo que se busca, a
través del control, el sometimiento y las agresiones a personas que no están
directamente involucradas en el núcleo del conflicto.
Cuidado: la violencia de género no es solo en la pareja
Cuando pensamos
en violencia de género en lo primero que pensamos es la existencia de malos
tratos en situaciones de pareja. Pero la violencia de género no es específica
del ámbito de la pareja, sino que puede darse en múltiples ámbitos sin
necesidad de que quien la lleve a cabo sea un cónyuge. Las instituciones, la familia y la sociedad en general
también pueden ser lugares donde aparezcan situaciones de violencia de género como las anteriores.
Es necesario
trabajar de cara a prevenir y concienciar a la ciudadanía, educando en
diferentes aspectos como la tolerancia a la diversidad, la igualdad de derechos
y oportunidades y la educación emocional de cara a evitar nuevas situaciones de
violencia de género.
Causa de la Violencia de Género
Hay una causa esencial en la violencia de
genero: el “convencimiento” por parte del hombre de su superioridad y primacía
sobre la mujer. A esta causa esencial pueden unirse otras causas secundarias.
“La violencia doméstica se
desarrolla en un contexto cultural patriarcal, donde el control y sometimiento
de la mujer, especialmente dentro de las relaciones de pareja, ha sido no
solamente tradicionalmente tolerado, sino legitimado y que, a pesar de las
actuaciones y reformas legales llevadas a cabo en España, siguen aflorando en
nuestra sociedad”
“La no aceptación, por
parte de algunos hombres, del nuevo papel de la mujer en una sociedad
democrática y con una convivencia en la igualdad, podría ser unos de los
motivos por los que, a pesar de las medidas que se han venido adoptando, no se
haya producido un descenso en este tipo de conductas violentas. “
Congreso de los Diputados
Las características de las normas culturales y el papel de
género en la conducta sobre el tipo de hechos que estamos analizando podemos resumirlos en los siguientes puntos:
– La violencia funciona como un mecanismo de control social de la
mujer y sirve para reproducir y mantener el status quo de la dominación
masculina. De hecho, la sociedades o grupos dominados por ideas
“masculinas tienen mayor incidencia de agresiones a la mujer. Los mandatos
culturales, y a menudo también los legales sobre los derechos y privilegios del
papel del marido han legitimado históricamente un poder y dominación de éste
sobre la mujer, promoviendo su dependencia económica de él y garantizándole a
éste el uso de la violencia y de las amenazas para controlarla.
– La conducta violenta frente a
la mujer se produce como patrones de conducta aprendidos y transmitido de
generación a generación. La transmisión se hace fundamentalmente en los ambientes
habituales de relación.
– Las mismas normas sociales
minimizan el daño producido y justifican la actuación violenta del marido. Se intenta explicar
atribuyéndola a trastornos del marido o, incluso, de la mujer. Por mucho que el
hombre tenga problemas de estrés, de alcohol, de personalidad, curiosamente la
violencia sólo la ejerce sobre la mujer no contra un conocido o amigo, y, por
supuesto, nunca contra su jefe, por ejemplo. También influyen toda la serie de
mitos arraigados en la sociedad que perpetúan la violencia y niegan la asistencia
adecuada a estas víctimas.
– El modelo de conducta sexual
condicionado por el papel de los géneros también favorece en alguno casos la
existencia de una actitud violenta contra la mujer al tratarse de un modelo
androcéntrico. Existe una serie de factores que favorecen esta agresividad
entre los que se encuentran: los patrones de hipermasculinidad, el inicio de un
mayor grado de relación sentimental, la duración prolongada de la relación y
los modelos sexuales existentes, que contienen una tensión intrínseca entre
hombres y mujeres, creando la posibilidad o las condiciones para que se
produzcan errores en la comunicación que desemboquen en una situación de
violencia frente a la mujer.
– Por el contrario, el alcohol,
tantas veces esgrimido como causante o precipitante del maltrato, ha sido
eliminado como un factor etiológico directo de este tipo de violencia. Se ha comprobado que
actúa de forma general como desinhibidor y de forma particular como excusa para
el agresor y como elemento para justificar la conducta de éste por parte de la
víctima.
De la Guía de Buena Práctica
Clínica en Abordaje en situaciones de Violencia de Género.(Miguel Lorente y Francisco Toquero).
Los principales factores determinantes de la violencia de género
son la relación desigual entre hombres y mujeres y
la existencia de la “cultura de la violencia” como
medio para resolver conflictos.
La violencia contra las mujeres
es estructural. La violencia no se debe a rasgos singulares y patológicos de una
serie de individuos, sino que tiene rasgos estructurales de una forma cultural
de definir las identidades y las relaciones entre los hombres y las mujeres. La
violencia contra las mujeres se produce en una sociedad que mantiene un sistema
de relaciones de género que perpetúa la superioridad de los hombres sobre las
mujeres y asigna diferentes atributos, roles y espacios en función del sexo.
Hasta hace no muchos años, la restricción en el desarrollo
personal y social de las mujeres, la exigencia de su dedicación exclusiva a la
familia, su deber de acatar la autoridad masculina, eran consideradas como algo
normales y naturales, validado por las costumbres y la ley. En ese contexto se
toleraba socialmente que los hombres utilizasen la violencia para afianzar la
autoridad.
Actualmente existe una menor tolerancia social hacia la violencia.
Sin embargo, demasiadas mujeres todavía soportan un alto grado de violencia,
tanto en sus relaciones de pareja como fuera de ellas. Esto sucede en todas las
clases sociales, religiones y niveles educativos. En definitiva, el factor principal de riesgo para la
violencia contra las mujeres es, precisamente, el hecho de ser mujer.
La violencia contra las mujeres
es además instrumental. El poder de los hombres y la subordinación de las mujeres,
que es un rasgo básico del patriarcado, requiere de algún mecanismo de
sometimiento. En este sentido, la violencia contra las mujeres es el modo de
afianzar ese dominio. La violencia de género más que un fin en sí mismo, es un
instrumento de dominación y control social. Y en este caso se utiliza como
mecanismo de mantenimiento del poder masculino y de reproducción del
sometimiento femenino. Los hombres maltratadores han aprendido a través del
proceso de socialización -que es diferente para mujeres y hombres- que la
violencia es la mejor forma de conseguir el control y dominar a la mujer.
Se ha argumentado que el consumo de alcohol y otras drogas es la
causa de las conductas violentas. Aunque el consumo de alcohol y otras
sustancias se asocia con frecuencia a situaciones de violencia, también hay
hombres que abusan del alcohol sin que por ello manifiesten un comportamiento
violento y muchas agresiones contra las mujeres se ejercen en ausencia de
alcohol.
Se ha argumentado también que ciertas características personales
de las mujeres que padecen violencia de género podrían ser la causa del
maltrato. Por ejemplo, algunas corrientes han recurrido a características de
masoquismo o de patologías como la histeria o el trastorno de personalidad
dependiente, para explicar por qué algunas mujeres permanecen o regresan a una
relación de maltrato.
En la
actualidad existe suficiente conocimiento documentado que demuestra que no
existen características psíquicas diferentes antes del inicio del maltrato
entre las mujeres que lo sufren y las que no, sino que los trastornos y
problemas psicológicos de las mujeres que sufren maltrato son una consecuencia
del maltrato y no la causa.
¿ CÓMO DETECTAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO?
Lo primero es entender que la violencia no se traduce en golpes
o agresiones verbales, va mucho más allá de eso y mientras más se permita, más
lejos llegará. Esto quiere decir que todo puede comenzar con los “clásicos
celos” o la prohibición de alguna cosa dentro de una relación.
Y, aunque estando dentro de la situación es difícil reconocerlo,
está ahí y es importante prestarle atención y poner manos a la obra. Debido a
que muchas veces no es fácil detectar la violencia de género, algunos
estudiantes del IPN decidieron ilustrar de manera un poco más clara las
diversas facetas de la violencia a través de lo que denominaron
“Violentómetro”.
Como ves, todo comienza con comportamientos que estamos
acostumbrados a percibir como “normales”.
¿POR QUÉ CAEMOS EN LA
VIOLENCIA DE GÉNERO?
Si bien no es claro cómo una mujer o un hombre pueden terminar
ejerciendo o recibiendo violencia, hay algunos factores internos que orillan a
las personas a caer en este tipo de conducta.
No solo se trata de entender cómo detectar la violencia de
género, sino mirar hacia adentro para entender qué es lo que nos impide salir
de ese lugar.
Baja autoestima: Este es
uno de los principales factores que conduce a la violencia de género. Las
inseguridades que se tengan sobre uno mismo pueden terminar funcionando como
armas para el agresor.
Victimismo: Es muy cómodo y
fácil “hacernos las víctimas” y compadecernos de nosotros mismos; sin embargo,
esto empeora el problema, ya que lo justificamos y asumimos el papel.
Problemas durante la
infancia: Lo que vivimos en edades tempranas nos marca, tanto para bien como
para mal. En el caso de las mujeres, ser testigos de violencia en contra de la
madre o las mujeres de la familia, puede normalizar la conducta de “aceptar o
resignarse” a ese trato, mientras el varón aprende a violentar y minimizar a la
mujer.
APRENDER A DETECTARLO
Aprender cómo detectar la violencia de género no es sencillo, ya
que aceptar que algunas conductas “normales” son indicios de problemas más
grandes resulta complicado y más cuando nos encontramos en una relación de
pareja.
Pero, ahora que leíste y eres un poco más consciente, es tu
responsabilidad cuidarte, cuidar a tu pareja y a la gente cercana a ti. No lo
dejes para mañana, dedícate un momento a analizar tu relación, incluso puedes
aprovechar para mejorar la comunicación, la convivencia y el amor.
¿Cómo terminar con la violencia de género?
1. Considere la violencia contra el sexo
opuesto como un asunto que conscierne a todos, que envuelve a hombres y mujeres
con todo tipo de antecedentes socioeconómicos y raciales.
2. Si un
hermano, amigo o compañero maltrata a su compañera o es abusivo con las mujeres
en general, no lo ignore, invítelo a buscar ayuda o dialogar con una persona
que le dé orientación apropiada. No se quede callado.
3. Entienda
cómo su propia actitud y sus acciones pueden generar el sexismo y la violencia.
Tenga el valor de mirar en su interior.
4. Si
sospecha que una mujer a quien conoce está siendo abusada o ha sido asaltada
sexualmente, pregúntele si desea ayuda.
5. Si usted
se reconoce como violento y abusivo con las mujeres, o lo fue en el pasado,
busque ayuda profesional, actúe en bien de su salud emocional y psicológica.
6. Sea un
aliado de las personas que están luchando para terminar con todo tipo de
violencia.
7. Reconozca
y hable en contra de la homofobia y el maltrato de homosexuales y lesbianas. La
discriminación y la violencia contra las personas por pensar y/o actuar de
manera diferente, son incorrectas. Este abuso está directamente relacionado con
el sexismo (por ejemplo, los hombres que hablan en contra del sexismo a menudo
son objeto de abuso homofóbico y esta es una de las razones por las que muy
pocos hombres lo hacen).
8. No
patrocine el sexismo. Niéguese a comprar cualquier revista, alquilar cualquier
video o comprar cualquier música que presente a las mujeres de manera
degradante o violenta. Proteste contra el sexismo en los medios de
comunicación.
9. Busque
información sobre masculinidad y desigualdad entre los géneros y la raíz del
problema de la violencia. Edúquese y eduque en el conocimiento de factores
sociales y culturales que originan este conflicto y que afecta a mujeres y
hombres de su familia.
10. Guíe y
enseñe a los jóvenes sobre cómo ser hombres y mujeres que conviven en paz, que
no admiten la violencia especialmente contra niñas y mujeres en general. Tome
la delantera al dar un buen ejemplo.
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